viernes, 3 de diciembre de 2010

Yo, mi máscara, tú y la tuya...

¿Esencia o apariencia? ¿Qué tiene más peso socialmente?

Un incesante baile de cortejo en el que todos sus participantes se ocultan tras un llamativo antifaz. Vaivenes, reverencias, desaires y alguna que otra zancadilla. Todos parecen hipnotizados por una orquesta, ausente hace siglos, y avanzan a tientas entre la muchedumbre en busca de un rincón en el que desnudar su abatimiento lejos de las miradas ajenas.
Cortejar era la idea... pero es difícil saber quién nos busca si no sabemos qué ofrecemos, y viceversa. Sin identidades la cosa se vuelve más complicada de lo que en sí ya es, y resulta agotador mantener una simple conversación cuando la música de fondo, de la inexistente orquesta, nos envuelve a tanto volumen.
Tal vez tras la siguiente pausa...

¿Por qué cuando intentamos agradar nos engalanamos con adornos externos a nuestra verdadera esencia? ¿Es que no nos damos cuenta de que tanta parafernalia nos hace pasar a un segundo plano?

Si realmente alguien está interesado en conocernos, deberíamos dejar que nos conociera tal cual, y no mostrarle una proyección de nuestro concepto de "persona ideal". No somos así, y seguro que los demás no esperan que lo seamos. No todos tenemos el mismo prototipo de físico y carácter al idealizar. Haciendo esto, no conseguimos más que intentar camuflar una inseguridad real y una vaga aceptación de nosotros mismos.

Podemos moldearnos, cambiar y transformarnos en lo que queramos, pero debemos sentirlo, no basta con "quererlo". La vida tienes sus pautas, sus lecciones y sus cruces. Podemos invertir nuestros pasos, cambiar la dirección y el propósito, pero cuando nos lo hayamos pedido nosotros mismos. La exigencias externas, las modas, las apariencias no deben ser más que eso: ideas de otros. Nosotros contamos con un criterio equiparable al de cualquiera. No hay que olvidarse de ello.
Sé que la presión en ocasiones es aplastante, ninguno escapamos de esa sensación de "no encajar" en algún momento, pero... ¿encajan ellos en nuestro mosaico?
Lo que abunda no es lo mejor, de hecho, suele ser lo común o vulgar... ¿De dónde nos viene esa tendencia a imitar?

El progreso y la evolución personal es algo muy propio e íntimo. No podemos obligar a la oruga a tejer su crisálida si antes no se ha preparado como es debido y solo ella sabe. Así que las opiniones y exigencias sobran.

Me indigna la represión y el libertinaje, impulsado por un deseo superficial de sobresalir. ¡Si en el fondo no somos tan diferentes, gente! ¿Hacia dónde estamos encauzando nuestra andadura? Más naturalidad y menos perfección... ¡qué nunca existió y solo trae quebraderos de cabeza y carencias absurdas!

FÉNIX

No quiero hacer planes de futuro... Solo es tiempo que le resto a mi presente.
No pienso dar nada por seguro... No hay seguridad que dure eternamente.
Mi meta es pasar y ver... Será cómo deba ser...

A veces soy frío, otras soy fuego... Soy un ser extraño de esos tan corrientes.
No dejaré la vida para luego... Que el lo hace pierde el hilo y no la entiende.
No pienso retroceder... Será lo que deba ser...

Ya señalicé mi laberinto... Puse flechas luminosas para no perderme.
Ya he salido a tientas del abismo... Ya no volveré a cruzarlo si no hay puente.
Y ahora me siento bien, qué importará dónde esté,
si ahora me siento bien...

Porque siempre he sido yo, sin saber lo que eso implica.
Aprendí de cada error y volví a lanzar el cebo,
que seguro que algún día, el azar muerde el anzuelo,
y este fénix que murió,
volverá a salir de un sucio cenicero...

Nunca habrá un momento inoportuno... Si es cuestión de hacer llegar lo que uno siente.
Ya solté la espada y el escudo... El mejor arma posible es ser coherente.
Crecer nunca fue vencer... lo suyo es saber perder.

Soy camino, río y carretera... Pero siempre avanzaré a contracorriente.
Me di todo a una alma forastera... Que me escribe y nunca pone remitente.
Y ahora me siento bien sin acudir al ayer.
Ahora me siento bien...

Porque siempre he sido yo, sin saber lo que eso implica.
Aprendí de cada error y volví a lanzar el cebo,
que seguro que algún día, el azar muerde el anzuelo,
y este fénix que murió,
volverá a salir de un sucio cenicero...

Y así yo me siento bien, qué importará dónde este.
Y aunque me hayas visto arder,
tan solo perdí una piel...

Besos gente!!! (^^,)

3 comentarios:

  1. Pues sí. Así es. Hay gente que no entiende de límites, y yo creo que es lo malo. Se roza el límite de lo superficial muchas veces. Lo más triste es que alguien cambie su forma de ser por "encajar" como tú dices...¿Qué clase de personalidad es esa? Y sin duda la represión y el libertinaje son una caca...En fin... Un beso!! =)

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  2. porque como decía un profe de psicología "nuestro deseo más profundo es ser amados" y a veces nos olvidamos de empezar por querernos a nosotros mismos y nos dejamos llevar por el miedo :)

    besitos!

    pd. me ha gustado mucho la entrada, escribes muy bien darío ^^

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  3. (^^,) Gracias a ambas!! Espero que un día de estos la gente deje de llevar máscara una vez acabe el carnaval ^-^ BESOS!

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